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viernes, 24 de julio de 2015

LA CONCIENCIA DEL CORAZ脫N




LA CONSCIENCIA DEL CORAZ脫N DE LA MEMORIA CELULAR A LA MENTE NO LOCAL 
Tom谩s 脕lvaro




¿Tenemos conexiones no locales con otras mentes y con el entorno? ¿Tiene el coraz贸n capacidad para almacenar informaci贸n? ¿De d贸nde saca el coraz贸n su capacidad de amar? ¿Qu茅 quiere decir que sentimos con el coraz贸n? ¿Puede nuestro coraz贸n comunicarse con otros? ¿Puede el coraz贸n pensar?

1. La inteligencia del coraz贸n

Toda cultura ancestral procedente de cualquier punto del planeta considera de forma invariable al coraz贸n como fuente de sabidur铆a, conocimiento espiritual, pensamiento y emoci贸n profundas. Ahora la ciencia moderna no quiere ser menos y viene a decirnos que existen evidencias que demuestran que esas verdades son algo m谩s que simples met谩foras.

La idea del coraz贸n como una simple bomba impulsora est谩 ya hoy completamente desfasada. El coraz贸n se contrae en s铆stole pero tambi茅n rota y produce una torsi贸n de la estructura del miocardio que es debida a la despolarizaci贸n coordinada de los cardiomiocitos, los cuales producen una corriente el茅ctrica detectable mediante el electrocardiograma y un campo magn茅tico que se extiende por todo el cuerpo y fuera del mismo.

El v贸rtice de flujo que emana del ventr铆culo izquierdo es un cicl贸n portador de una onda t茅rmica, una onda sonora, una onda de presi贸n y un campo electromagn茅tico, que hacen del coraz贸n un generador de bioinformaci贸n. Debemos la comprensi贸n del coraz贸n como un 贸rgano sensible a los trabajos de los doctores Gary Schwartz y Linda Russek que propusieron la hip贸tesis de la naturaleza infoenerg茅tica del coraz贸n, esto es, una fuente de energ铆a portadora de informaci贸n (o lo que es lo mismo, memoria), comunicada por el coraz贸n al resto del organismo en cada uno de sus latidos.

Si partimos de la base de que somos seres integrales, hol铆sticos, y no el conjunto de las piezas de un reloj armado en forma de cuerpo humano, entonces que cada c茅lula guarda su propia memoria celular como parte de un holograma integrado e inteligente, cae por su propio peso. Cada punto del holograma contiene la informaci贸n completa que el organismo ha almacenado a base de conocimiento y experiencia. Cuando hablamos del organismo como un todo nos estamos refiriendo a un holograma constituido por varios cuerpos superpuestos, el f铆sico, el energ茅tico, el emocional, el mental y el espiritual, informaci贸n que se refleja en cada una de las c茅lulas que lo constituyen y en el estado de salud y enfermedad del individuo. Cada c茅lula es una peque帽a bater铆a que almacena su parte correspondiente de estructura f铆sica, de bioenerg铆a, de memoria emocional y de campo de informaci贸n mental.

La informaci贸n gen茅tica reside en el material gen茅tico del n煤cleo celular. Dicha informaci贸n est谩 disponible de forma potencial en el campo energ茅tico celular, dispuesta a revelarse en el momento en que sea activada por el patr贸n vibratorio correspondiente. Esta informaci贸n constituye la fuente de la memoria celular, almacenada en estos archivos biol贸gicos que son nuestras c茅lulas y tejidos. Su activaci贸n movilizar谩 un tsunami de mol茅culas, neurotransmisores y hormonas que recrean el estado emocional o la sensaci贸n f铆sica asociada al est铆mulo inicial.

La neurocardiolog铆a nos explica que el coraz贸n tiene su propio peque帽o cerebro, de unas 50.000 neuronas, que le otorgan la capacidad de sentir y pensar de forma independiente, de procesar informaci贸n y tomar decisiones desde el coraz贸n, e incluso de mostrar un tipo de aprendizaje y de memoria. El coraz贸n es realmente un sistema inteligente, adem谩s de ser una aut茅ntica gl谩ndula hormonal, secretora de oxitocina, la hormona del amor; un campo emisor de energ铆a e informaci贸n electromagn茅tica; y un emisor de se帽ales determinantes de la experiencia emocional, la percepci贸n y el funcionamiento cognitivo, adem谩s de la intuici贸n.

La teor铆a de sistemas nos muestra como un sistema integrado da lugar a un orden emergente diferente a la suma de las partes que lo componen. En el cuerpo humano se produce una exacta representaci贸n de ese concepto, que resulta del acoplamiento del conjunto de 贸rganos que lo componen. Cada uno de los 贸rganos representa un oscilador biol贸gico que marca su ritmo en la orquesta que produce la sinfon铆a de todo el organismo y basta con que un 贸rgano desentone para que la composici贸n pierda su armon铆a. Adem谩s del propio latido cardiaco, procesos r铆tmicos son el ritmo digestivo, respiratorio y hormonal, los patrones de tensi贸n muscular, especialmente facial, la onda de l铆quido cefalorraqu铆deo o el funcionamiento de los centros cerebrales, como el t谩lamo o la ep铆fisis. Cada 贸rgano pone su nota en la melod铆a del organismo entero, pero el oscilador maestro que lleva la batuta es el coraz贸n, que marca el ritmo de todos los miembros de la orquesta, convirti茅ndose as铆 en se帽al de identidad de cada persona, porque no hay dos corazones que canten la misma canci贸n.

As铆 pues, en realidad el coraz贸n act煤a como una vibraci贸n palpitante y tierna que usa su energ铆a para mecer las c茅lulas de la sangre como si los brazos de una madre amorosa se tratara. El coraz贸n posee su propio sistema nervioso intr铆nseco que representa la estaci贸n central de control del funcionamiento de todo el cuerpo y este peque帽o cerebro est谩 compuesto por una jerarqu铆a neuronal cuyo funcionamiento se atiene a las leyes del caos, en ausencia de una causa obvia conocida que determine su efecto, mostrando por tanto propiedades emergentes.

2. ¿Coraz贸n… o cerebro?

El hilo de nuestra vida se ancla en el centro de nuestro ser, por eso es all铆 donde se encuentra nuestro coraz贸n, en el centro, como un Sol en su sistema, lleno de voluntad y poder, infatigable, irradiando su calor hasta los confines de su sistema, a trav茅s de los rayos de la red vascular. Pero vayamos por partes y ordenemos las piezas. Si el coraz贸n dirige la sinfon铆a de la vida, ¿¿D贸nde guarda su batuta? Y si el cerebro baila al son, ¿C贸mo recoge el abrazo del coraz贸n?

Embriol贸gicamente el coraz贸n vino primero. Hacia el d铆a 20 de gestaci贸n, en unas pocas horas, un peque帽o ac煤mulo de c茅lulas comienza a batir al un铆sono y establece el que ser谩 el ritmo de nuestra vida que resonar谩 ya sin parar hasta el mismo momento de nuestra muerte. Haciendo n煤meros, tu coraz贸n late m谩s de cien mil veces al d铆a; impulsa unos 7 litros de sangre por minuto, o sea m谩s de 400 litros por hora, y lanza su potencia sobre una red vascular de miles de kil贸metros. Su fuerza el茅ctrica es 60 veces m谩s poderosa que la del cerebro, y su potencia magn茅tica puede medirse a m谩s de cinco metros, y es cinco mil veces mayor que el 贸rgano que le sigue a continuaci贸n, el cerebro. Ello hace del coraz贸n el oscilador maestro, tal y como se han encargado de demostrar los investigadores del Hearth Math Institute, estudiando su efecto armonizador sobre el tallo cerebral y el resto de 贸rganos del cuerpo. Su sensibilidad inmediata a las emociones es bien conocida por todos nosotros, reaccionando ante un susto, un acceso de rabia o un abrazo delicioso, as铆 como sus cambios inmediatos ante un sentimiento de empat铆a o amor incondicional.

La ciencia ha demostrado que es posible registrar el electrocardiograma de una persona en el encefalograma de otra, siempre que esas dos personas est茅n en cercan铆a pr贸xima y sobre todo si se encuentran en contacto f铆sico. Adem谩s el estado emocional de la persona se refleja en el campo electromagn茅tico generado por el coraz贸n y los campos de muy baja frecuencia similares al campo electromagn茅tico cardiaco, son capaces de afectar los tejidos vivos en condiciones de laboratorio, de cambiar la estructura molecular del agua o de producir cambios conformacionales en el ADN. Es decir, que los campos electromagn茅ticos son detectables por los sistemas biol贸gicos a nivel celular. Y el contacto f铆sico juega un importante papel a la hora de facilitar el intercambio de energ铆a, como ocurre al darnos un abrazo. Una aut茅ntica maravilla ocurre cuando un coraz贸n se sit煤a junto a otro y ambos sintonizan y acaban latiendo a la vez y compartiendo su ritmo. Por eso el coraz贸n del abuelo ordena el patr贸n r铆tmico del nieto, o la madre el de su hijo, o la pareja de enamorados tiende al un铆sono. Y si se colocan varios corazones juntos tambi茅n llegar谩n a compartir el ritmo, como le pasa a los m煤sicos de una orquesta. La sincronizaci贸n entre corazones nos habla de su poder de adaptaci贸n y de resonancia con el ritmo m谩s arm贸nico, lo que establece las bases de la relaci贸n del terapeuta con su paciente. Nuestras emociones tienen la capacidad de contagiar a aquellos que se encuentran en nuestra cercan铆a, y las emociones de los dem谩s nos afectan a nosotros mismos. Muchas t茅cnicas de sanaci贸n se basan en un intercambio de energ铆a de alg煤n tipo entre las personas. El coraz贸n es el principal candidato como fuente de esa energ铆a electromagn茅tica cuando las personas se tocan o se encuentran cerca (sin embargo en el caso de la sanaci贸n a distancia, la energ铆a ha de tener otras caracter铆sticas, pero esto lo veremos m谩s adelante).

El coraz贸n gobierna el flujo de energ铆a de todo el organismo, es el emperador del cuerpo humano y todos los 贸rganos son sus subordinados. Su energ铆a se refleja en el brillo de los ojos y en el calor de las caricias y su actividad influye sobre el tallo cerebral y los automatismos vitales, el sistema l铆mbico y sus emociones, el sistema inmune y su funci贸n defensiva o la capacidad de aprendizaje y de memoria. Todo ello ha sido probado cient铆ficamente. Pero por lo mismo, la alteraci贸n de su ritmo coherente produce numerosos cambios en el organismo, incluyendo un importante deterioro de la capacidad cognitiva o un incremento del riesgo de demencia y enfermedad de Alzheimer. Y existe una asociaci贸n bien documentada entre des贸rdenes afectivos como la ansiedad o la depresi贸n y la enfermedad cardiovascular. El aislamiento social induce cambios de comportamiento, cardiacos y alteraciones del sistema nervioso aut贸nomo. En esa conexi贸n cerebro-coraz贸n, el coraz贸n env铆a m谩s se帽ales al cerebro que el cerebro al coraz贸n. Esas se帽ales tienen un efecto significativo sobre el funcionamiento cerebral, afectando la atenci贸n, la percepci贸n, la memoria y hasta la capacidad de resoluci贸n de problemas. Diferentes patrones de actividad cardiaca tienen distintos efectos sobre la funci贸n emocional y cognitiva cerebral. Durante el estr茅s y las emociones negativas el patr贸n del ritmo cardiaco se desordena. Entonces su se帽al sobre el cerebro inhibe la funci贸n cognitiva, lo cual limita la capacidad de pensar con claridad, recordar, aprender, razonar y tomar decisiones, propiciando en cambio los actos impulsivos e imprudentes que se toman bajo el efecto del estr茅s o de la agresividad. Los patrones estables y coherentes facilitan la funci贸n cognitiva y refuerzan los sentimientos positivos y la estabilidad emocional. Es decir, que el patr贸n de ritmo cardiaco no solo produce beneficios sobre el funcionamiento de los 贸rganos y sistemas biol贸gicos, sino que adem谩s afecta la percepci贸n, el pensamiento, el sentimiento y la funci贸n mental.

Y ahora vamos intuyendo como se construye la red de comunicaci贸n que une cuerpo, emoci贸n, mente y esp铆ritu. Realmente la consciencia emerge de la funci贸n conjunta de cerebro y coraz贸n. Pero el coraz贸n tiene su peque帽o propio cerebro, y es un 贸rgano sensorial y un sofisticado centro de recepci贸n y procesamiento de informaci贸n. El cerebro del coraz贸n tiene capacidad de aprendizaje, memoria y toma de decisiones de forma independiente del cortex cerebral. El patr贸n de informaci贸n propio de cada estado emocional es comunicado a cada c茅lula del cuerpo a trav茅s del campo electromagn茅tico cardiaco, que act煤a como una onda portadora de informaci贸n. Informar es dar forma a la actividad y la funci贸n de todos los 贸rganos del cuerpo y las ondas de energ铆a portan patrones de organizaci贸n de forma y funci贸n, de salud y enfermedad, de pensamiento y emoci贸n, y todo ello empaquetado en una sola onda: la onda bioenerg茅tica y amorosa que parte de cada latido del coraz贸n.
Y estamos ya preparados para desgranar los detalles de la coherencia cardiaca, la coherencia mental y la coherencia vital, para comprobar entonces que nos encontramos en el borde de un precipicio donde se acaba el terreno conocido de la materia y la percepci贸n, que nos invita a saltar hacia unas ondas m谩s sutiles, volar desde la materia densa a la energ铆a vibrante e inasible de la onda transl煤cida de la informaci贸n y la todav铆a m谩s transparente y emergente onda de la consciencia.

El contacto f铆sico juega un importante papel a la hora de facilitar el intercambio de energ铆a, como ocurre al darnos un abrazo.

3. El sistema nervioso aut贸nomo vegetativo

El organismo no es la suma de una multitud de procesos unitarios, sino una unidad global vibrando al un铆sono desde lo m谩s perif茅rico a lo m谩s central y viceversa. Hace mucho tiempo que los investigadores descubrieron que el sistema nervioso central (SNC) regula el funcionamiento del coraz贸n. Y ya Darwin reconoci贸 al coraz贸n y al cerebro como los dos 贸rganos m谩s importantes, as铆 como su acci贸n y reacci贸n mutua a trav茅s del nerviopneumog谩strico, tambi茅n conocido como nervio vago. Luego vino el reconocimiento del sistema nervioso aut贸nomo (SNA), conformado por dos fuerzas de significado opuesto, el simp谩tico y el parasimp谩tico, que act煤an sobre diferentes 贸rganos. Y m谩s tarde se reconoci贸 la existencia de circuitos bidireccionales entre los 贸rganos perif茅ricos y las estructuras cerebrales, cerrando el c铆rculo sobre el punto inicial.

Debemos contar algo del SNA para poder entender lo que viene despu茅s. Es el sistema que recoge la informaci贸n de las v铆sceras y en principio es involuntario, aunque ya veremos que esto es relativo. Sus principales centros de comando se encuentran sobre la m茅dula espinal, el tallo cerebral y el hipot谩lamo, desde donde conduce las 贸rdenes del SNC hasta los 贸rganos perif茅ricos. Entre sus funciones se cuenta el control de la frecuencia cardiaca y la fuerza de la contracci贸n. De sus dos ramas, el sistema nervioso simp谩tico (SNS), a trav茅s de la noradrenalina, est谩 implicado en actividades que suponen un gasto energ茅tico, mientras que su contrapartida la constituye el sistema nervioso parasimp谩tico (SNPS), a trav茅s de la acetilcolina, encargada de conservar energ铆a. Ambos sistemas mantienen un fino equilibrio que permite los ajustes de la vida diaria, desde que nos levantamos de la cama por la ma帽ana y nos baja la sangre a los pies, hasta la activaci贸n muscular, respiratoria y cardiaca que nos permiten alcanzar el autob煤s que se nos escapa.

Los ejercicios de respiraci贸n armonizan el SNA. Y la generaci贸n de emociones y pensamientos felices y agradables conducen al equilibrio entre SNS y SNPS, as铆 como el entrenamiento con t茅cnicas de relajaci贸n o meditaci贸n. Es precisamente este equilibrio el que facilitar谩 una funci贸n cardiaca arm贸nica. Pero adem谩s, y aqu铆 viene lo bueno, las emociones primarias est谩n relacionadas con la funci贸n auton贸mica, y la funci贸n del SNA est谩 relacionada con el comportamiento. Es decir, que el SNA aporta el substrato neurofisiol贸gico de los estados emocionales y afectivos.

El abrazo arm贸nico entre coraz贸n y cerebro genera ese estado de bienestar propicio a la maravilla del amar y ser amado

4. Variabilidad de la frecuencia cardiaca

Nuestro coraz贸n no funciona como un reloj… afortunadamente! En el coraz贸n sano el intervalo entre dos latidos cardiacos no dura siempre igual. Como en las notas musicales, es el silencio entre dos latidos del coraz贸n el que marca el ritmo de su canci贸n. Las diferencias entre sucesivos latidos producen los cambios de ritmo cardiovascular, que constituyen patrones de repetici贸n, la se帽al de identidad de cada coraz贸n. La variabilidad de la frecuencia cardiaca (VFC) viene dada por el SNA, a trav茅s del SNS que act煤a como acelerador de la frecuencia cardiaca y el SNPS (el vago) que act煤a como freno. El parasimp谩tico aumenta la duraci贸n entre intervalos, mientras que el simp谩tico acelera el coraz贸n y por tanto disminuye dicha duraci贸n. La VFC es un indicador de salud y del estado de forma f铆sica, reflejando nuestra capacidad de adaptarnos eficazmente a los est铆mulos del entorno, adem谩s de constituir un predictor de primer orden del estado de salud y enfermedad, desde enfermedades cardiovasculares hasta metab贸licas.

La irregularidad de la longitud de los ciclos card铆acos no solo refleja la habilidad del sistema cardiovascular para adaptarse a las diferentes situaciones cotidianas sino tambi茅n cuanto la persona se ama a s铆 misma. Al respirar de forma lenta o agitada, ante un sobresalto o la impresi贸n repentina causada por el miedo, todos ellos constituyen est铆mulos que nuestro hipot谩lamo recoge y env铆a a trav茅s del SNA hasta concretarse en nuestra VFC. Como el sistema es tierno y flexible, su capacidad de jugar, de subir y de bajar, es tal que la VFC es continuamente cambiante y flexible en cada momento de la vida. En especial la respiraci贸n, cuando se hace r铆tmica, comparte su vibraci贸n con el coraz贸n, produci茅ndose un estrecho abrazo entre los dos. Esto es lo que ocurre al impartir un tono r铆tmico a la respiraci贸n, como sucede en la relajaci贸n, la meditaci贸n o simplemente al recitar textos religiosos o mantras, en que el parasimp谩tico ofrece su lento canto en la espiraci贸n y el simp谩tico acelera la marcha en la inspiraci贸n. Existe mayor VFC en individuos m谩s impulsivos y menor cuando se hacen trabajos de atenci贸n mental, con estabilizaci贸n del latido cardiaco durante tareas que requieren demanda de atenci贸n. Pero con el envejecimiento, la inflamaci贸n o la enfermedad cardiovascular, la estructura se oxida y la VFC se va haciendo r铆gida y mon贸tona, sin posibilidad de adaptaci贸n, hasta hacerse una caricatura seria y severa de lo que fue.

A trav茅s de la VFC es posible monitorizar los diferentes patrones r铆tmicos cardiacos. Estos se corresponden con los correlatos fisiol贸gicos de los diferentes estados emocionales y mentales del individuo. La din谩mica de la variabilidad cardiaca es particularmente sensible a los cambios de estado emocional, de manera que emociones negativas y positivas pueden ser reconocidas a trav茅s de su patr贸n particular de VFC, independientemente de la frecuencia cardiaca. Emociones negativas como ira, frustraci贸n o ansiedad se acompa帽an de ritmos cardiacos desordenados que indican una escasa sincronizaci贸n en el balance SNS/SNPS. Emociones positivas como agradecimiento, amor o compasi贸n se asocian a patrones coherentes altamente ordenados.

5. Coherencia cardiaca

El latido card铆aco coherente marca el ritmo de funcionamiento de todos los procesos de la fisiolog铆a del organismo, como la respiraci贸n o la tensi贸n arterial. El abrazo arm贸nico entre coraz贸n y cerebro genera ese estado de bienestar propicio a la maravilla del amar y ser amado, o simplemente sentirse bien. Es unir la energ铆a de la tierra con la del cielo, y encontrarse en el medio en ese potente nudo de marinero, que se encarna en el m煤sculo cardiaco y reparte energ铆a, sonido, vibraci贸n y luz gratis para todo el organismo. Gratitud hasta el punto de darlo todo y no quedarse con nada. Gratuidad hasta vaciarse del todo en cada latido, tal vez al comprender que sin su entrega total sus d铆as o sus horas estar铆an contadas. Es de esa entrega generosa precisamente de donde nace su m谩xima potencia, es la entrega en cada latido del momento presente, el 煤nico instante existente en el universo del tiempo.

Para desentra帽ar el proceso de la coherencia, si desarmamos la maquinaria comprobaremos como el tallo cerebral, nuestro cerebro reptil, asiento de automatismos e instintos, vibra de manera arm贸nica en estado de coherencia con el cerebro emocional, nuestro sistema l铆mbico o cerebro mam铆fero, que no pierde el comp谩s del baile con el c贸rtex cerebral o cerebro humano en dicha situaci贸n. Pero si profundizamos un poco m谩s y seguimos desarmando el mecanismo veremos como el latido del tallo cerebral baila a su vez con la armon铆a que recibe de esa vibraci贸n electromagn茅tica cinco mil veces m谩s potente que la cerebral: el motor card铆aco, la fuerza electromagn茅tica m谩s potente del organismo.

El tipo de funcionamiento fisiol贸gico que se asocia a la experiencia de emoci贸n positiva se conoce como coherencia fisiol贸gica. En ella se producen una serie de fen贸menos relacionados, en que los diferentes subsistemas del cuerpo se sincronizan y resuenan de forma arm贸nica b谩sicamente a trav茅s de un aumento de sincron铆a entre las dos ramas del SNA, el simp谩tico y el parasimp谩tico. Este modo de funcionamiento se refleja en el coraz贸n a trav茅s de la coherencia cardiaca, un patr贸n suave en forma de ondas que suben y bajan de manera arm贸nica en el rango de baja frecuencia del espectro de VFC. Fisiol贸gicamente esto se traduce en una serie de beneficios para el sistema que incluyen un aumento en el nivel de eficiencia energ茅tica del sistema, as铆 como aumento de la estabilidad emocional y mejor funci贸n cognitiva.

Aunque la coherencia fisiol贸gica es un estado natural que puede ocurrir de forma espont谩nea , asociada a estados emocionales positivos o durante el sue帽o, lo cierto es que es rara la observaci贸n de episodios espont谩neos sostenidos. Diversos m茅todos respiratorios r铆tmicos pueden inducir coherencia, pero el mantenimiento de ritmos respiratorios profundos y estables m谩s all谩 de un minuto es dif铆cil para la mayor铆a de las personas. Sin embargo es posible conseguir periodos prolongados de coherencia induciendo activamente estados emocionales positivos, que consiguen de forma natural la emergencia de un estado de coherencia fisiol贸gica. Al enfocar la atenci贸n sobre el coraz贸n, o la zona del pecho y generar de forma intencional una emoci贸n positiva, de agradecimiento o amor, entonces la VFC se hace m谩s ordenada y coherente. Esto es especialmente interesante en la relaci贸n entre terapeuta y paciente y justifica la necesaria alineaci贸n que muchas t茅cnicas de sanaci贸n prescriben a sus practicantes antes de tomar contacto con el paciente, preparando el camino a un intercambio de energ铆a positivo que facilite la sanaci贸n. Al adoptar una actitud sincera de cuidado y de curaci贸n, de compasi贸n y amor incondicional, el terapeuta incrementa el nivel de coherencia de su campo cardiaco que intenta transmitir a cada c茅lula del cuerpo de su paciente.

La p茅rdida de equilibrio arm贸nico y de la coherencia cardiaca se traduce ipso facto en la disociaci贸n del estado fisiol贸gico entre coraz贸n y cerebro, con ca铆da de potencia energ茅tica, inestabilidad emocional y desequilibrio mental, al desplazar su efecto sobre el tronco cerebral y de ah铆 al sistema l铆mbico y al c贸rtex cerebral. Y el efecto continuar谩 su camino a trav茅s de hormonas y neurotransmisores que regar谩n ahora al azar y a destiempo c茅lulas y 贸rganos, y el SNA producir谩 un funcionamiento ca贸tico sobre lo que antes fue una ordenada orquesta de aprendizaje vital.

El ritmo cardiaco vehicula a nivel fisiol贸gico eficiencia y armon铆a a los 贸rganos del cuerpo, y a nivel psicol贸gico una reducci贸n del di谩logo interno y percepci贸n de estr茅s, un aumento en el control emocional y un aumento en la claridad mental, y discernimiento intuitivo. Es decir, la coherencia psicofisiol贸gica facilita la funci贸n de la consciencia. Emociones positivas mantenidas producen coherencia psicofisio贸gica y sincronizaci贸n entre el coraz贸n y el cerebro, que se asocian a mayor estabilidad emocional y conexi贸n espiritual. Y permite el insight para encontrar la soluci贸n al problema, una creatividad plena y fluida, armon铆a interna, y conectividad a otras personas y al universo entero desde los aspectos m谩s elevados de uno mismo. Son esos momentos m谩gicos de claridad mental e intuici贸n, sentimientos de amor, agradecimiento, compasi贸n, tolerancia y perd贸n, los que frecuentemente se asocian a experiencias transpersonales y constituyen las claves de la espiritualidad y la consciencia.

Vivir en coherencia quiere decir tener la capacidad de escoger lo bueno de cada momento, orientarse hacia lo bello que cada situaci贸n encierra y captar lo verdadero del mensaje que la vida nos est谩 ofreciendo. Vivir en coherencia es tan fisiol贸gico como el acto de caminar de manera arm贸nica o de respirar de forma fluida. Vivir en coherencia quiere decir ser capaz de percibir el entorno, sentir su significado y encontrar la forma de responder al mensaje. En definitiva, la coherencia psicofisiol贸gica es el correlato interno de la experiencia espiritual. Es la coordinaci贸n que consigue alinear el sentir con el pensar y el actuar. Es la integraci贸n acumulan los recuerdos que permite el estado de salud pleno en todas sus facetas. Es el equilibrio mente/coraz贸n, que a la vez que sube el coraz贸n a la cabeza para conseguir un pensamiento amoroso, baja el cerebro al coraz贸n para dotarlo de un amor inteligente.

6. La memoria celular

Algunos investigadores han tratado de encontrar sentido al canibalismo humano en la posible creencia de que la sabidur铆a u otras capacidades de la persona pudieran ser transmitidas a trav茅s de la ingesti贸n de algunos de sus 贸rganos. Curiosamente los antrop贸logos han mostrado que el impresionante desarrollo del intelecto del Homo Sapiens hace 800.000 a帽os coincide con la instauraci贸n de estas pr谩cticas, y hoy d铆a, varias universidades han mostrado que algunos animales, desde gusanos hasta roedores, son capaces de adquirir mol茅culas de la memoria tras la ingesta de sus cong茅neres con ciertos aprendizajes. El ser humano no se queda atr谩s, e ingiere diferentes 贸rganos animales con la intenci贸n de adquirir longevidad o capacidad sexual, valor o cualquier otra propiedad atribuida al fiero o al viril animal. Tras cientos de estudios fisiol贸gicos y muchos cerebros brillantes poniendo todo su empe帽o, a d铆a de hoy desconocemos en qu茅 zona del cerebro se acumulan los recuerdos. Ciertamente se han identificado estructuras que participan en el proceso, fundamentalmente hipocampo, t谩lamo y l贸bulo temporal, pero no parece existir un disco duro que almacene el material para recordar. La doctora Candace Pert, autora de Mol茅culas de Emoci贸n, ha llegado a la conclusi贸n de que es in煤til establecer una distinci贸n entre el cerebro y el cuerpo a este respecto, porque todas las c茅lulas del organismo se comunican a trav茅s de unas peque帽as mol茅culas conocidas como neurop茅ptidos, contrapartida bioqu铆mica de la memoria, la emoci贸n y el pensamiento, una especie de sistema de informaci贸n integrado mediante el cual cada 贸rgano o c茅lula del organismo conoce qu茅 es lo que est谩 pasando en el resto. En el cerebro hay m谩s de 60 neurop茅ptidos, como las famosas endorfinas, que permiten la comunicaci贸n intercelular, el env铆o de mensajes del cerebro a las c茅lulas del resto del cuerpo, y del cuerpo al cerebro. Propongo al lector que suponga solo por un momento que el cerebro no sea el 煤nico lugar donde queden ancladas nuestras memorias. Planteemos la posibilidad de que nuestra historia personal, nuestro aprendizaje cultural y nuestra carga ancestral hayan sido conducidos desde los 贸rganos de la percepci贸n, la emoci贸n y el pensamiento, esto es, desde el cerebro reptil, mam铆fero y humano, hasta cada c茅lula de nuestro cuerpo. Supongamos que las mol茅culas de la informaci贸n de nuestros sistemas fisiol贸gicos de equilibrio u homeostasis, los sistemas nervioso, endocrino e inmune, hayan encarnado nuestras vivencias en la configuraci贸n de receptores de membrana y en la activaci贸n epigen茅tica de cada una de nuestras c茅lulas, constituyendo una aut茅ntica red psicosom谩tica engarzada estrechamente en todos los 贸rganos del cuerpo. Supongamos que esos patrones de creencias y experiencias, conscientes e inconscientes, se encuentran almacenados en cada una de nuestras c茅lulas, que como s铆mbolos del tiempo, acumulan dicha informaci贸n. Pues bien, a esto llamaremos “la memoria celular”.

La memoria es la impresi贸n que produce cada vivencia en cada uno de los niveles del ser: material, como en los m煤sculos o las mol茅culas; energ茅tico, como el patr贸n de vibraci贸n neuronal; informacional, como el significado del recuerdo de aquella experiencia; y de conciencia, al extraer el sentido profundo de la experiencia. La rememoraci贸n del recuerdo activa determinado patr贸n neurobiol贸gico y su correspondiente acci贸n fisiol贸gica, viva en todo el organismo, no solo en el cerebro. El recuerdo se enmarca dentro de una composici贸n qu铆mica molecular y un patr贸n de vibraci贸n electromagn茅tico. Visto as铆 estar铆amos concibiendo nuestro organismo como un ente hologr谩fico. Un holograma inteligente que almacena nuestra experiencia global y hol铆stica en cada una de sus c茅lulas. La impronta electromagn茅tica de cada vivencia deja su sello energ茅tico en cada tejido, 贸rgano y c茅lula, que cuenta con los mecanismos adecuados para recoger dicha informaci贸n, en realidad haces de luz y sonido que impactan sobre los 谩tomos de nuestra constituci贸n. Y es as铆 como toda esa informaci贸n f铆sica, emocional, mental y espiritual queda embebida dentro del holograma de nuestro ser. Una condensaci贸n energ茅tica que vemos y tocamos en nuestro cuerpo f铆sico denso que no es otra cosa que el reflejo de nuestro cuerpo energ茅tico vibrante cual nota musical resonando en el universo. La matriz extracelular o sistema de Pischinger es el nexo de uni贸n entre todas las c茅lulas de un 贸rgano o todos los tejidos del organismo. Las c茅lulas eliminan sus desechos t贸xicos a dicha matriz y recogen de all铆 nutrientes, mol茅culas y est铆mulos nerviosos. Pero si nos elevamos del nivel de la materia y vibramos en el de la energ铆a, las c茅lulas recogen experiencias, vivencias y creencias en c贸digo vibracional, se alimentan de emociones y pensamientos, inasibles e invisibles, y una vez que estos son descartados y reemplazados en el proceso de aprendizaje que es la vida, son desechados a esa otra matriz m谩s sutil, et茅rica, que tanto nutre como elimina los desechos de la funci贸n vibracional celular. Y vamos contemplando ya el mapa del campo energ茅tico, portador de la vibraci贸n que llamamos memoria. Para la medicina oriental, cada 贸rgano o gl谩ndula resuena con una o m谩s emociones, uno o m谩s patrones energ茅ticos e informacionales caracter铆sticos. Por eso, un trauma emocional determinado produce un desequilibrio en un 贸rgano o gl谩ndula concreto, especialmente receptivo, y entonces cada patr贸n de toxicidad emocional se asocia a determinada patolog铆a, como la ira al h铆gado o el miedo a los huesos. Para Gary Schwartz, los 贸rganos almacenan energ铆a e informaci贸n de la misma forma que lo hacen una fruta, un vegetal o cualquier otro ente. Esa infoenerg铆a almacena informaci贸n f铆sica, mental, emocional y espiritual, que recoge toda la experiencia e historia individual, la informaci贸n gen茅tica propia y hasta la herencia ancestral de generaciones pasadas. Nada de lo que experimentamos escapa de quedar grabado y encarnado en cada una de nuestras c茅lulas y tejidos, constituy茅ndose as铆 el holograma celular. La suma de memorias celulares individuales conforma la base de datos o archivos de informaci贸n que almacena nuestras experiencias, dispuestas a ser recuperadas con el est铆mulo adecuado. Eso es lo que somos, de ah铆 procede nuestra forma de pensar y esta es nuestra herramienta de interacci贸n con el mundo y con los dem谩s.

7. Trasplante de coraz贸n: ¿un trasplante de memorias?

Una ni帽a sue帽a con el asesino de su donante y ayuda a la polic铆a a su identificaci贸n y captura… una mujer empieza a interesarse en el sexo tras recibir el coraz贸n de una prostituta… un repentino cambio de inter茅s de la m煤sica cl谩sica al rock duro tras recibir el coraz贸n de un rockero… un cambio de dieta a los gustos del donante… un cambio violento de car谩cter tras recibir el coraz贸n de un pandillero agresivo… la aparici贸n de sue帽os aterradores tras recibir el coraz贸n de un suicida… una lesbiana carn铆vora que se casa con un hombre y se hace vegetariana tras su trasplante procedente de una vegetariana heterosexual… la adquisici贸n de habilidades pict贸ricas tras recibir el coraz贸n de un pintor… una bailarina adopta andares de hombre y nuevas relaciones interpersonales al estilo de su donante… un ni帽o cambia repentinamente su gusto por nadar al recibir el coraz贸n de una ni帽a ahogada… y as铆 muchos cientos de casos.

Hace ya cuarenta a帽os que historias como estas se repiten una tras otra en pacientes trasplantados. La aparici贸n de nuevas preferencias, gustos, habilidades, aversiones y actitudes propias del donante y desconocidas antes en el receptor ha dado lugar a la sugerencia de que el 贸rgano trasplantado pudiera contener memorias codificadas procedentes del donante que puedan liberarse en el receptor. Paul Pearsall es un psiconeuroinmunol贸go fallecido recientemente que se hizo famoso tras publicar, entre muchos otros, un libro titulado El c贸digo del coraz贸n. All铆 expuso sus investigaciones sobre la transferencia de memoria del donante al receptor a trav茅s de 贸rganos trasplantados, especialmente el coraz贸n. La conclusi贸n de su estudio no pudo ser m谩s sorprendente: las c茅lulas de los tejidos vivos trasplantados almacenan memoria y guardan la capacidad de recordar. Seg煤n el Dr Pearsall nuestro cerebro piensa tanto que no escuchamos la sabidur铆a de nuestro coraz贸n. Gary Schwartz y Linda Russek, autores de otro libro, La energ铆a viviente del universo, est谩n convencidos de que los sistemas corporales almacenan energ铆a e informaci贸n que puede liberarse de manera consciente o inconsciente en el receptor de 贸rganos trasplantados. Bruce Lipton, autor de Biolog铆a de las creencias, afirma que las c茅lulas poseen receptores capaces de captar informaci贸n del exterior en forma de radiaci贸n electromagn茅tica, algo parecido a lo que hacemos al conectarnos a Internet y bajar in- formaci贸n a nuestro ordenador. Numerosos cient铆ficos de renombre, escritos, pel铆culas y documentales aportan informaci贸n y datos acerca de la extra帽a posibilidad de que cada c茅lula del organismo sea capaz de almacenar memoria y recordarla.

El ser humano representa la encarnaci贸n del tiempo pasado y la historia vivida. Ya hemos visto como la energ铆a y la informaci贸n generadas reposan en el seno de la materia celular. La callada vibraci贸n de la memoria espera paciente la llamada de la consciencia que la haga emerger. Ontogenia y filogenia, la historia personal y ancestral, se acumulan en el estado de receptores de membrana celular y la configuraci贸n gen茅tica nuclear. La carga bioel茅ctrica y biopl谩smica celular es la base de datos bioinform谩tica que sostiene los patrones comprimidos en la memoria celular. Es como si los receptores de algunos trasplantes, especialmente sensibles, fueran capaces de conectar con algunos aspectos de la historia personal de sus respectivos donantes, de sintonizar con la informaci贸n almacenada en la matriz extracelular et茅rica de los tejidos trasplantados.

El coraz贸n puede vivir sin el cerebro, pero el cerebro no puede vivir sin el coraz贸n. Y con el coraz贸n se trasplanta su propio peque帽o cerebro, que determinar谩 el funcionamiento del gran cerebro del receptor. El fuego del coraz贸n desprende chispas de alegr铆a, por eso un trasplante es una transfusi贸n de vida a nivel energ茅tico, magn茅tico y emocional. Si el coraz贸n es capaz de pensar, sentir y recordar ¿ser谩 verdad que puede tambi茅n almacenar memorias e incluso transmitirlas?. Gary Schwartz y Linda Russek han sugerido que cuando se da el proceso de rechazo, quiz谩s no sea 煤nicamente a los aspectos tisulares, sino tambi茅n a los aspectos energ茅ticos e informacionales almacenados en las c茅lulas del 贸rgano trasplantado. Hemos visto como la energ铆a y la carga informativa que transporta, pueden ser transmitidas electromagn茅ticamente. El coraz贸n del donante puede enviar dicha informaci贸n al cerebro del receptor. Y esa informaci贸n no es otra cosa que la memoria celular almacenada en 茅l. Energ铆a, informaci贸n, memoria y consciencia… y ¡ya tenemos la ecuaci贸n!

El sistema nervioso act煤a como una antena con capacidad de sintonizar y responder al campo electromagn茅tico producido por el coraz贸n, no solo el nuestro, sino tambi茅n el de otras personas y animales. Algunos pacientes trasplantados con la suficiente sensibilidad pueden experimentar cambios personales que se encuentran registrados en la historia de sus donantes. Si bien esto ha sido especialmente estudiado y registrado en pacientes con trasplantes de coraz贸n, lo cierto es que tambi茅n parece encontrarse en trasplantes de 贸rganos perif茅ricos como ri帽贸n, h铆gado y hasta la c贸rnea. Los estudios sistem谩ticos realizados sobre trasplantados de coraz贸n encuentran una media de entre dos y cinco de dichos cambios, referidos a gustos alimentarios, m煤sica, arte, conducta sexual, recreacional y preferencias profesionales.

Pongamos un poco en orden lo dicho hasta aqu铆, quiz谩s todav铆a podamos avanzar un poco m谩s. Todas las c茅lulas tienen energ铆a y todas contienen y comparten informaci贸n. Cada c茅lula, ba帽ada en un mar de infoenerg铆a, es una representaci贸n hologr谩fica completa de nuestro organismo energ茅tico. El coraz贸n es su principal generador y estaci贸n central de recogida y emisi贸n de memoria celular. Nuestros 贸rganos y nosotros mismos, no somos otra cosa que la representaci贸n f铆sica, encarnada, de un conjunto recuperado de memorias celulares. Si algunos individuos pueden sintonizar con esta informaci贸n de manera espont谩nea, sin pretenderlo, y hacerla consciente, es muy posible que muchos m谩s puedan ser capaces de hacerlo desde una actitud receptiva y abierta, y m谩s a煤n si intentan conseguirlo activamente. O incluso sin trasplante! T煤, querido-a lector-a, cada uno de nosotros, sin necesidad de haber recibido un transplante de coraz贸n, recuperamos cada d铆a nuestras propias memorias celulares. Cuando somos amados recibimos un trasplante de energ铆a y cuando amamos damos la energ铆a de nuestro coraz贸n. Al decir “te doy mi coraz贸n” compartimos una impresi贸n infoenerg茅tica, un patr贸n sutil almacenado en nuestras c茅lulas correspondiente al mapa del amor que quiz谩s se extienda mucho m谩s all谩 de la met谩fora.

Las plantas, los 谩rboles, los animales y los humanos, todos comparten un sistema b谩sico de funcionamiento celular, un funcionamiento energ茅tico que sirve de base a la informaci贸n que acoge la memoria que determina la conciencia celular. En los centros especializados, la informaci贸n del cerebro es m谩s individual, mientras que la del coraz贸n, la memoria celular de todo el organismo, constituye una representaci贸n m谩s universal y arquet铆pica. Las memorias celulares tienen lugar en un nivel cu谩ntico, no local, y el fen贸meno postrasplante podr铆a ser considerado como una especie de reencarnaci贸n, esto es, la transferencia de memorias y personalidad de un individuo a otro, posible incluso sin la necesidad de un intercambio de tejidos.

8. Intuici贸n

La interacci贸n entre el campo emocional de madre e hijo es esencial en el desarrollo del cerebro y el estado de salud de ambos. La consciencia colectiva del grupo es transmitida a cada uno de sus miembros a trav茅s de un campo energ茅tico de conexi贸n socioemocional. La comunicaci贸n social no corresponde 煤nicamente al intercambio de mensajes de tipo verbal o gestual corporal, sino que adem谩s se produce una aut茅ntica comunicaci贸n energ茅tica que contribuye a la atracci贸n o repulsi贸n magn茅tica entre individuos que todos tan bien conocemos, y que determinan los intercambios y las relaciones sociales. Ya hemos comentado la detecci贸n del electrocardiograma de una persona en el electroencefalograma de otra y la sincronizaci贸n de ondas cerebrales de una persona con las del coraz贸n de otra, lo cual ocurre m谩s f谩cilmente cuando el ritmo cardiaco es coherente. El campo cardiaco afecta directamente la percepci贸n de la intuici贸n, captando informaci贸n sutil, m谩s all谩 de las fronteras del tiempo y el espacio, a trav茅s de la sinton铆a con el campo cu谩ntico, que muestra que el coraz贸n recibe informaci贸n antes que el cerebro, incluso antes de que el evento suceda!! Quiz谩s es a trav茅s de este campo de informaci贸n como en estados normales o expandidos se puede acceder a estados de consciencia de totalidad. Dec铆a Paul Pearsall que mientras que el cerebro piensa r谩pidamente y desde lo alto del cuerpo, identificando los l铆mites, el coraz贸n piensa lentamente y de forma conectiva, desde el centro de nuestro ser, reconociendo los l铆mites como ilusiones de la conciencia. Los sistemas psicofisiol贸gicos del cuerpo perciben la informaci贸n generada por el efecto de la conciencia sobre el organismo. ¿C贸mo recibe y procesa el organismo dicha informaci贸n? Hoy sabemos por las investigaciones del Heart Math Institute que coraz贸n y cerebro son capaces de captar y responder a la informaci贸n intuitiva, pero sobre todo el coraz贸n, que se adelanta al cerebro en esta tarea. Una vez m谩s las investigaciones muestran que es el coraz贸n el que modula los potenciales cerebrales que se generan en respuesta a los est铆mulos intuitivos percibidos. Es como si el coraz贸n tuviera la capacidad de acceder a un campo de energ铆a en donde reside la informaci贸n de acontecimientos pasados, presentes y futuros, fuera de los c贸digos del tiempo y el espacio en cuyas coordenadas nos movemos habitualmente. Y el sistema nervioso act煤a como una antena con capacidad de sintonizar y responder al campo electromagn茅tico producido por el coraz贸n, no solo el nuestro, sino tambi茅n el de otras personas y animales. La habilidad de comunicaci贸n energ茅tica puede ser entrenada e incrementada de forma intencional, consiguiendo una comunicaci贸n m谩s profunda a otros niveles, el no verbal, el de comprensi贸n y la conexi贸n interpersonal.

9. Mente no local

Ian Stevenson, un psiquiatra de la Universidad de Virginia que, como Pearsall, muri贸 hace ahora un par de a帽os, pas贸 los 煤ltimos 50 coleccionando testimonios de ni帽os que recuerdan memorias de vidas pasadas. Su extraordinaria y paciente labor ha conseguido establecer una base s贸lida de estudio y de investigaci贸n en un campo tan misterioso como desconocido. Los ni帽os describen vidas recientes, con un intervalo medio entre la muerte del individuo previo y el nacimiento del ni帽o de unos 16 meses, la mayor铆a de los cuales recuerdan muertes violentas o accidentadas. Hasta la fecha se han investigado unos 2500 casos repartidos por todo el mundo, algunos de los cuales recuerdan tambi茅n memorias de eventos acaecidos entre las dos vidas, como su propio funeral o acontecimientos familiares posteriores a su muerte-nacimiento. Ciertamente la perplejidad inicial ante las sorprendentes historias de estos ni帽os va dejando paso a un cuerpo de evidencia sobre la supervivencia de la conciencia despu茅s de la muerte, evidencia de que memorias, emociones e incluso traumas f铆sicos en forma de marcas de nacimiento, permanecen de una vida a otra a trav茅s de un mecanismo que hoy por hoy nos resulta completamente desconocido.

Pero lo que Stevenson ha demostrado desde un punto de vista emp铆rico es que la mente puede existir separadamente del cuerpo f铆sico y sobrevivir a la muerte. ¿Pero c贸mo? Si todav铆a hoy el proceso de la consciencia sigue siendo inexplicable para legos y expertos, ¿C贸mo vamos a intentar comprender y estudiar las experiencias cercanas a la muerte, o la reencarnaci贸n? La cuesti贸n de la vida despu茅s de la muerte sigue esperando mayor atenci贸n por parte de la ciencia, y quiz谩s uno de los principales retos a los que la humanidad haya de responder.

Quiz谩s si alg煤n d铆a el trasplante de cerebro resulta posible, de nuevo veremos este tipo de cambios de gustos y personalidad en el receptor, pero muy probablemente el mecanismo ser谩 el mismo que el ya descrito. El 贸rgano del donante puede suministrar informaci贸n al receptor a trav茅s de un mecanismo no local. El nexo entre donante y receptor podr铆a ser el de la conciencia y no a trav茅s del tejido. Si la mente puede actuar independientemente del cerebro, tambi茅n podr铆a funcionar independientemente del resto de tejidos, incluyendo el coraz贸n. Larry Dossey sugiere que quiz谩s la conciencia del donante sintonice con la del receptor a trav茅s del mecanismo de la mente no local. En condiciones normales existen conexiones mentales no locales entre las mentes, especialmente en algunos tipos de interrelaci贸n como en el caso de las madres con sus hijos, de los enamorados, de los hermanos gemelos, o simplemente del perro que sabe cu谩ndo vuelve su amo a casa antes de que abra la puerta. Para Doc Childre nuestro ADN es una antena capaz de sintonizar y de modular la informaci贸n contenida en el vac铆o cu谩ntico, un campo fuera del espacio-tiempo con capacidad de activar informaci贸n epigen茅tica dimensional que es transducida mediante una oleada de mol茅culas al organismo f铆sico que lo encarna. Para Candace Pert, la mente no reside en el cerebro, sino que existe en todo el cuerpo. Ambos se comunican a trav茅s de las mol茅culas qu铆micas que ella ha estudiado, los p茅ptidos de la emoci贸n, que se encuentran igual en el cerebro que en el est贸mago o en el m煤sculo. Mi amigo m谩s vegetariano est谩 convencido de que lo mismo sucede con las mol茅culas de los alimentos, sean una planta o un animal, si bien los p茅ptidos y hormonas del terror y el estr茅s de su muerte, corticoides y adrenalina, puedan ser parcialmente inactivados al cocinarlos. Rupert Sheldrake describe campos no f铆sicos de informaci贸n, que inciden sobre sistemas organizados capaces de descifrar su mensaje. Este es el mecanismo de funcionamiento del efecto no local del cuerpo, la mente y la consciencia. Religi贸n y ciencia moderna, f铆sica cu谩ntica y misticismo, el conocimiento ancestral de culturas milenarias y la neuroteolog铆a, todas ellas parecen ir convergiendo poco a poco hacia la concepci贸n de un campo de informaci贸n que conecta el mundo espiritual con nuestras propias consciencias.

Ciertamente, la sanaci贸n a distancia, la oraci贸n, la telepat铆a o la clarividencia no pueden ser explicados por la teor铆a electromagn茅tica convencional. Necesariamente en estos procesos el mecanismo de transmisi贸n de energ铆a ha de ser de otra 铆ndole, m谩s sutil. Los modelos propuestos hasta ahora recurren a la mente no local y suponen que un incremento en la coherencia de los campos electromagn茅ticos cardiacos pueden producir efectos no locales. El cerebro no es la mente. Lo que llamamos mente es en realidad una manifestaci贸n del flujo de energ铆a que existe principalmente entre el coraz贸n y el cerebro, en continuo desarrollo, influenciada por las interacciones con el mundo exterior e interior. Y a partir de ah铆 ya podemos recibir el regalo de la consciencia, esa emanaci贸n del cuerpo-mente conectada a una red no local. Y esto es lo que ocurre para Larry Dossey, que las conciencias del donante y receptor de un trasplante se unen permitiendo al 煤ltimo conectar a nivel no local con el primero, especialmente si el 贸rgano trasplantado es el coraz贸n, un 贸rgano muy especial, con capacidad intuitiva, perceptiva, pensante y de conexi贸n a nivel energ茅tico y no local.

Y entonces, ¿somos cuerpos con experiencias espirituales o esp铆ritus encarnados?. La idea de que la materia produce la energ铆a, est谩 la informaci贸n y esta la conciencia, se ajusta al camino de la evoluci贸n, aunque sea una evoluci贸n ampliada, que no solo incluya la biolog铆a sino tambi茅n el esp铆ritu, en busca de mayores niveles de conciencia, esa superconciencia que nos propusiera Teilhard de Chardin como noosfera, una colectividad armonizada de conciencias o punto omega. Pero el camino inverso, el de la involuci贸n, supone considerar que es la informaci贸n el patr贸n de la forma y la estructura, y que es a trav茅s de la energ铆a como se crea la materia. Esta es la alternativa a la memoria celular, la mente no local, que explica a la vez los fen贸menos postransplante y la reencarnaci贸n, que implica la asunci贸n que cada c茅lula, tejido u 贸rgano sirve como receptor de la informaci贸n arquet铆pica ligada a la energ铆a que contiene.

Quisiera acabar este escrito record谩ndote querido lector-a, la conveniencia de vivir desde el coraz贸n. No podemos cabalgar nuestro coraz贸n como un caballo desbocado en pos de metas imposibles. Pero si conducirlo con paso firme, con paciencia y serenidad, atentos y despiertos, como a lomos de un 谩guila desliz谩ndose por el cielo. Prestar atenci贸n al coraz贸n no es una forma de hablar, hazlo f铆sicamente, intencionalmente, c茅ntrate en tu coraz贸n a la hora de dar un abrazo, de mirar a los ojos o de superar una dif铆cil situaci贸n. La inducci贸n intencional de un estado emocional positivo, como puede ser el agradecimiento, aumentar谩 tu coherencia cardiaca y armonizar谩 el patr贸n de aferencia cardiaco hacia tus centros cognitivos y emocionales cerebrales. Y no solo eso… quiz谩s consiga abrir un nuevo espacio de consciencia, all铆 donde una nueva luz ilumine el camino de regreso a ese para铆so perdido de donde nunca debimos salir.


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Tom谩s 脕lvaro: Doctor en medicina, especialista en el estudio del sistema inmune y sus tu- mores. Estudioso del campo de la Medicina energ茅tica y vibracional. Medicina sinterg茅tica. Licenciado en psicolog铆a cl铆nica e interesado en el mundo de la psicolog铆a y la psicoterapia transpersonal. Cient铆fico e investigador del enfoque cuerpo-mente, de la psiconeuroinmunolog铆a y de una comprensi贸n hol铆stica del ser humano.